Rechazamos las partes de las conclusiones del Consejo de Asuntos Generales de la UE del 18 de junio relativas a Turquía.

Estas conclusiones muestran hasta qué punto la UE está lejos de comprender los pasos dados por Turquía, a pesar de las condiciones en las que se encuentra y los retos a los cuales se enfrenta. La UE cometió un grave error en el año 2004 al aceptar a la administración grecochipriota como miembro de la UE. En aras de continuar con este error, la UE está reduciendo las relaciones entre Turquía y la UE a la cuestión de Chipre y se está convirtiendo en rehén de la misma. Es evidente que la UE ha elaborado las conclusiones de hoy de manera partidista y totalmente desde la perspectiva grecochipriota.

La UE ha actuado como un grupo de intereses basado en el regateo y no como una comunidad que defiende principios y valores. Esto es contrario a la filosofía fundadora de la UE.

La UE no contribuye a la paz y la estabilidad regionales, al posicionarse como un tribunal e intentar emitir un juicio sobre disputas bilaterales relacionadas con la soberanía, bajo el pretexto de la "solidaridad de la Unión" y emitir declaraciones sesgadas por motivos políticos con respecto a cuestiones delicadas como la delimitación de las fronteras marítimas, que comprenden dimensiones extremadamente técnicas. Es bien sabido que en el pasado, la UE nunca adoptó una postura en cuestiones bilaterales de reclamaciones superpuestas de jurisdicción marítima de sus propios miembros. La posición actual de la UE se basa, de hecho, en las reivindicaciones inequitativas y maximalistas de Grecia y de los grecochipriotas con respecto al Egeo y al Mediterráneo oriental, con el objetivo de usurpar los derechos de Turquía y de la República Turca de Chipre del Norte, copropietaria de la isla de Chipre. Rechazamos totalmente estas afirmaciones.

Las conclusiones del Consejo relativas al Mediterráneo oriental carecen de fundamento jurídico. Pedimos a la UE que cambie este enfoque sesgado y desligado de la realidad.

Turquía sigue tomando posición en favor de la paz y de la estabilidad en el Egeo y en el Mediterráneo oriental, como en todos los mares circundantes. Los que toman medidas contra los derechos e intereses legítimos de Turquía y de la República Turca de Chipre del Norte en el Mediterráneo oriental y hacen caso omiso de la presencia de Turquía en la región, que es el país con la costa continental más extensa del Mediterráneo oriental, nunca lograrán alcanzar sus objetivos.

Los turcochipriotas han propuesto establecer un comité energético conjunto para los recursos energéticos/ingresos de la isla. Esta propuesta ha sido rechazada por los grecochipriotas. Hasta que se encuentre una solución política en la isla, el establecimiento de ese comité será un paso positivo y, al aumentar la confianza entre las partes, facilitará una solución global.

Hasta que así sea, Turquía sigue decidida a adoptar las medidas necesarias para proteger sus derechos e intereses dentro de sus propias zonas de jurisdicción marítima, así como los derechos e intereses legítimos de los turcochipriotas. Nadie debería dudarlo.

Turquía seguirá dando pasos decididos y sinceros en su proceso de la UE a pesar del enfoque sesgado de la UE. Turquía no se está alejando de la UE como se alega. Por el contrario, la UE está alejando a Turquía al no actuar de forma justa y honesta. La UE también está perdiendo credibilidad a los ojos del pueblo turco. Ante desafíos globales tales como el terrorismo, la migración irregular y la seguridad energética, será del interés de la UE actuar con una visión estratégica y abandonar su postura sesgada.