Condenamos la continuación de las operaciones de las fuerzas de seguridad israelíes con lanzamiento de granadas aturdidoras y el uso de la fuerza contra los civiles palestinos que acuden a rezar a la mezquita de al-Aqsa y la violación de la santidad de Haram Al-Sharif, a pesar de todos los llamamientos de la comunidad internacional. Esperamos que estos ataques se detengan lo antes posible.

Reiteramos nuestro llamado a la administración israelí para que tome las medidas necesarias con el fin de detener los ataques de los grupos racistas judíos y de las fuerzas de seguridad contra la mezquita de Al-Aqsa, y para que impida que los grupos racistas entren a Haram Al-Sharif.

Los tristes acontecimientos que han continuado a lo largo del mes de Ramadán en Jerusalén Este y Cisjordania han demostrado una vez más la importancia de la protección internacional de los civiles palestinos en el marco de las decisiones de la Organización para la Cooperación Islámica y de la Asamblea General de la ONU, adoptadas bajo el liderazgo de nuestro país en 2018. La única manera de evitar este tipo de incidentes en los territorios ocupados es responsabilizar a Israel de sus actos en los foros internacionales.