Con motivo del Día Internacional de Conmemoración de las Víctimas de Actos de Violencia Basados en la Religión o las Creencias, declarado por la Asamblea General de la ONU en 2019, conmemoramos respetuosamente a todas las personas que han sido víctimas de atroces actos y ataques en diversas partes del mundo debido a su religión o sus creencias.

El racismo, la xenofobia y los delitos de odio cometidos por este motivo, pero que en algunos países se toleran con el argumento de la libertad de expresión, constituyen una de las mayores amenazas para la paz y la convivencia social y los valores democráticos universales. Mientras la libertad de expresión es la piedra angular de la democracia, no puede utilizarse para difundir el odio.

La islamofobia, una de las formas más comunes de racismo y xenofobia en la actualidad, ha alcanzado un nivel tan alto que los musulmanes de todo el mundo están expuestos a discursos de odio, ataques e insultos a sus valores sagrados.

La propagación de la quema de nuestro libro sagrado, el Corán, como una epidemia en Europa desde enero, y los frecuentes ataques a mezquitas revelan el terrible alcance de la intolerancia basada en la religión o las creencias.

Las experiencias anteriores han demostrado amargamente que si no se adoptan oportunamente las medidas necesarias y si no se revisan las normas jurídicas y no se establecen mecanismos eficaces de denuncia y seguimiento, el racismo, la xenofobia y los discursos del odio pueden protagonizar a actos de violencia y terrorismo.

Para combatir efectivamente estas tendencias y acciones, que perjudican la naturaleza de los derechos humanos y las libertades fundamentales y afectan no sólo a los grupos objetivos, sino también a todos los segmentos de la sociedad, la comunidad internacional debe unir sus esfuerzos en el marco de una voluntad común.

Türkiye, que es pionera y contribuye efectivamente a las iniciativas y procesos llevados a cabo con este fin en las plataformas internacionales, continuará resueltamente su lucha con todos los aspectos de este problema, incluido el tratamiento de las causas profundas que se esconden detrás de estos actos. En este sentido, Türkiye está dispuesto a cooperar con todos los países y organizaciones que pretendan contribuir a encontrar una solución a este problema.

La adopción de resoluciones históricas en la Asamblea General de la ONU, el Consejo de Derechos Humanos de la ONU y la Organización de Cooperación Islámica en julio pasado, que definen los ataques a los libros sagrados como "odio religioso" y "una violación del derecho internacional" con las contribuciones de nuestro país, revela la postura activa y constructiva de Türkiye sobre este asunto. Seguiremos empeñados en promover el acervo relativo de las organizaciones internacionales de las que somos miembros y hacer un seguimiento de su aplicación, incluidas estas resoluciones, especialmente por parte de los países en los que se cometen delitos de odio contra el islam.

En esta ocasión, condenamos en los términos más enérgicos todos los actos racistas y delitos de odio basados en la religión o las creencias, expresamos una vez más nuestra solidaridad con las víctimas de estos actos y reiteramos nuestras condolencias a las familias de quienes perdieron la vida como resultado de estos actos.